martes, 6 de marzo de 2007

EL PATIO DE MI COLE

Es particular, porque ya quisieran muchos niños tener un área de recreo tan amplia como las que aquí tenemos y hemos disfrutado varias generaciones. Recuerdo que para entrar en la pista de abajo los parvulitos,que así nos llamaban, educación infantil es mucho más moderno, subíamos por las escaleras que se comunicaban con el "túnel", ¡qué suerte, ahora tienen patio propio! Allí empezamos a compartir los juegos, el bocata, las galleta María (la bollería industrial, otra modernidad). A medida que vas creciendo dentro de los muros del colegio y en el patio aprendes a valorar la amistad; recuerdo juegos como la zapatilla por detrás, que realizábamos en el patio cubierto, que junto con el patio azul eran los sitios donde nos refugíabamos cuando llovía, o donde se colocaban las mesas para las meriendas de Santa Juana y la Niña María (la cantidad de comida que podíamos comprar con las cien pts que nos solían dar en casa para éstas ocasiones). Las barracas, eventos deportivos, bailes regionales....son tantas y tantas cosas las que se han hecho en éstas pista. Saltar a la comba la que conseguía aguantar el famoso "duble" era una campeona, "al pasar la barca", "la culebrilla" y "quién no se acuerda del famoso "cocherito leré"... Eran otros tiempos, donde los niños compartíamos juegos, risas, lloros, confidencias debajo del sauce, eran tiempos donde en vez de play station había pelotas, en vez de móviles tizas para jugar a la pita, en vez de mp4 había cuentos.... El sauce fué testigo de todos esos momentos vividos en el patio, debajo de él leíamos, estudiámos, contábamos nuestras cosas; y la fuente, que para beber tenías que ponerte a distancia o sino te empapabas.
A los columpios subíamos poco por eso lo desábamos tanto, la cueva con la Virgen, rodeada de flores de éstas que llaman "mantos de la Virgen" y ortigas, que más de una, entre las que me incluyo, se ortigó por subir a lo alto de la cueva y caer encima de ellas. Recuerdo que en una excursión a una central lechera nos dieron natas y estuvimos una tarde allí arriba bate que bate intentando hacer mantequilla.
Si, eran otros tiempos, pero aunque bailásemos la peoza, jugásemos a la goma... era un patio lleno de niños, como ahora, niños que ríen, lloran, crecen como personas y que en definitiva dan vida a todo un señor edificio; que nunca se deje de oir su voz. Es hora de salir al recreo,..................el último.

No hay comentarios: