jueves, 1 de marzo de 2007

EL COMEDOR

De los recuerdos y experiencias de mi vida en el colegio quizás sea éste el sitio en el que peores momentos pasé.No me gustaba nada eso de quedarme a comer en el cole,pero no por nada sino porque era muy mala comedora.la verdad es que poco ha cambiado,son las mismas mesas de siempre,bueno ahora los peques tienen unas pequeñitas asique el consuelo que me queda es que a mi hija no la van a colgar las piernas como a mí que no me llegaban los pies al suelo ni acercándome al borde de la silla.Yo la verdad,los profes creo que lo pueden decir,era una niña tranquila,pero cuando llegaba al comedor me transformaba,muchas veces he ayudado a secar y limpiar las mesas por dar de comer al perro y cuántas veces me he quedado sin jugar porque llegaba la hora de ir a clase y estaba dando vueltas a las alubias sin poder ni metermélas en la boca,Madre Alegría,desde aquí le pido perdón porque es lo único que no consiguió que me comiera,soy adulta,madre y mis hijos las comen y yo sigo mirando al plato como en el colegio.
Lo que sí me gustaba era la bendición de la mesa.En ese momento no se oía ni una mosca,todas de pie,esa costumbre de bendecir la mesa la he conservado,pero en casa también lo hacíamos.
Después de comer llegaba la hora del aseo,en ese momento llegaba otro suplicio,bajar esas escaleras tan pindias que si no hubo más roturas de brazos y piernas por las caídas fué porque el ángel de la guarda hacía horas extras,de verdad mortales,nunca he bajado las escaleras tan mal como esas.Allí abajo al fondo esperando como un torturador cepillo en mano nos esperaba la madre Obregón,que vestía de hábito,alta,altísima y seria,mojaba el cepillo bajo el grifo y venga y dale a la melena;las coletas todas tiesas,acababas la tarde con dolor de cabeza de lo tirantes que estaban,eso sí,no se movía ni un pelo.
Y a jugar,"niñas no corraís","niñas o os subaís a los bancos que os caéis",como buenas "madres" que son el instito de protección también lo tenían.
La mayor ventaja del comedor era que nunca llegabas tarde y hacía mucha ilusión ver que alguna se retrasaba,esas cosas de niños del chincha rabincha que he llegado antes que tú.Esos momentos compensaba la carencia de no comer en familia,cosa que he aprendido a valorar,disfruto el fin de semana al comer todos juntos.Y compensa la hora de estudio con la madre Obregón y su "sssss,silencio,es hora de estudiar".Y a las 15.30 cuando sonaba el timbre....

Recuerdos de Mireia

Bueno, vamos a quitar un poco de dramatismo y como en el fondo yo creo que vamos a conseguir salvar el cole, vamos a contar alguna verdad que otra. La verdad es que eran otros tiempos, que todas o casi todas éramos buenísimas, comparándonos con los peques de ahora, teníamos mas miedos y éramos mas cautas pero....... vamos a ver.... Nos acordamos de la madre Josefa, ¿Josefa? vamos a ver ¿quien de las que hemos pasado la treintena ha llamado madre Josefa a la pobre madre Josefa? de toda la vida de dios, esa mujer fue "LA CHEFA" jejejejeje, me acuerdo de como me enseño a coser, yo terminé un cojín mientras otras terminaron mantelerías enteras, y quien no se pregunta ¿que hacia esa mujer con las hebras pequeñiiiiiiiiiiiiisimas que nos sobraban y se metía entre el habito? cuando empecé a llevar a mis peques al cole, subía como hace 20 años con su bolsa de san José en la mano, un poquito menos suelta, pero yo creo que algún pellizquito de monja aun podia dar. La señorita Matilde, yo creo que la teníamos mas respeto que a nadie, y quien no se acuerda de sus ¡¡¡¡¡ CARACOLES!!!!!! cuando se enfadaba y de su buena puntería, por que lanzaba las tizas como nadie y alcanzaban siempre su objetivo a la primera. Me acuerdo muchísimo de las clases con Pilar en el sagrado corazón, las clases de ritmo, y estoy por asegurar que casi todas las que la conocimos les hemos cantado a nuestros hijos sus canciones para enseñarles algo, los papeles a la papelera........... r con r guitarra r con r carril............. el baile de las moscas.........yo creo que la perdida de Pilar fue el primer puntapié que nos dio la vida a muchas ¿ o no? Recuerdo a Paulita, a Olga a la madre Romana, a la pobre madre Obregón que cuidaba el estudio del comedor ,esa mujer si que tenia el cielo ganado, jejeje le metíamos gusanos en el pupitre, la pintábamos la silla de tiza y siempre llevaba algo escrito en el trasero del habito, en fin una santa. A muchas otras no hay que recordarlas, las veo cada día, y casi todas han dado clases a los peques Recuerdo cada baile y cada pregón de las fiestas del cole, es más, guardo con cariño mi traje de montañesa junto al de novia y mi traje de pastor, (por que me pase todas las navidades de mi infancia vestida de pastor) lo han usado mis tres hijos en alguna ocasión. La capilla, la iglesia, el salón de actos.............. en fin. Puedo decir entera la lista de mis compañeras de clase, me acuerdo de todas y de vez en cuando nos vemos, es mas mi hijo el pequeño va a clase con hijos de mis compañeras de clase. También recuerdo el perro pastor alemán, que tenían las monjas y que veíamos por el patio verde, jamás he visto un perro mejor alimentado y mas listo, a la una y diez estaba como un clavo debajo de la ventana del fondo del comedor, donde salían volando los filetes rusos y las albóndigas cada vez que la madre Alegría se despistaba, pero el perro empezó a engordar y las monjas a sospechar y recuerdo el mes que me tire junto a mis compañeras secando los cubiertos del comedor como castigo, menos mal que la madre josefina a escondidas para consolarnos, nos daba algún pastelito. JO!!! la madre Josefina, nos sacaba los dientes de leche que se nos movían y ni nos enterábamos tenia cola en el banco del patio de arriba calculo que sacaba al menos dos dientes al día. Recuerdo para mi uno de los sitios mas bonito del colegio, la cueva de los columpios y su virgencita que por cierto ya no esta , pero allí subíamos a limpiar la cueva todos los días. Cuando mis tres niños empezaron en el cole, ya sabían miles de historias sobre el, yo les di varios consejos: _No bajéis la cuesta corriendo , no veáis como duelen las rodillas después. _No comáis chicle en clase de educación física con Mari Carmen, o terminareis con el chicle en la nariz. _No intentéis copiar en los exámenes de Conchita, pilla siempre.... _No os coléis en el convento hasta que no llegue el ultimo día de vuestra estancia en el cole, las monjas ponen castigos muy duros y recoger el patio de papeles un mes es muy desagradable. Y mil consejos mas. Tengo que reconocer que mis hijos han salido mas buenos que su madre, pero ellos tienen sus recuerdos igual que yo los míos. Y los cuatro esperamos poder escuchar a otra generación, cantar los himnos del colegio y contar sus batallitas.

miércoles, 28 de febrero de 2007

RECUERDO DEL SAGRADO CORAZON

Que recuerdos tan entrañables me trae el Sagrado Corazón. Hace dos cursos fuí a la primera reunión como madre, de mi colegio y para sorpresa mía nos sentaron en éste sitio donde se respira una paz que sólo disfrutan los que pasan por allí cada día. Nos presentaron, Marijosé, Luisa y Marisa éste proyecto educativo que tan bien conocía y nos mostraron las aulas, que por supuesto tampoco eran desconocidas, en concreto en la de mi hija sólo faltaba que estuviese Mariajosé dando clase para volver la vista atrás 30 maravillosos años.
Al sentarme en el Sagrado Corazón no pude contener la emoción, allí mirando la pista de abajo desde la ventana, el piano...todo en su sitio. La verdad es que entre los recuerdos de éste cole que me ha dado todo como persona y ser humano, tengo especial cariño a ésta estancia. Ese lugar que parece que no tiene ninguna utilidad y sin embargo para los que hemos estado en el colegio está lleno de vida. Cuando atravesábamos el túnel para ir a clase todo era bullicio, gritos, risas y encima había algo de eco, pero al llegar al Sagrado Corazón enmudecíamos ante el respeto que ese espacio imponía, una simple estancia con su piano. Ese espacio es el corazón del cole, de él surgen todas las arterías que van uniendo el colegio. Allí se daba la clase de música y aprendimos canciones al ritmo del pandero como "la polilla come lana de la noche a la mañana, come lana de color con cuchillo y tenedor". Se hacían los ensayos para los bailes de las fiestas (Santa Juana, Niña María, Día Infantil de Cantabria, familias en Liérganes...).
Pero lo que más impresionaba era cuando teníamos que esperar para entrar en la Iglesia, todas iguales, con el uniforme, colocadas por cursos, nadie era más que nadie, bien peinadas y bien lavadas.
Cuántas veces nos habremos tirado en ese suelo para hacer carteles para los pregones y actuaciones, la paloma de la Paz que está al principio de las escaleras donde la capilla, también se hizo en el Sagrado Corazón.
Sólo invito, si por una remotísima casualidad se cerrase el colegio, a los fantasmas de los que hablaba Gustavo a instalarse en ésta sala, es la más tranquila para pasar toda la eternidad.

Recuerdos de MARGOT

En este colegio no sólo son profesores que salen corriendo cuando toca eltimbre. Son profesores serios y responsables, buenos profesionales; pero enlas excursiones son colegas, compañeros. Si estás con la familia a vecestienes que ser serio, pero cuando hay que reír se ríe.No sé cómo acabó la partida, que lo cuento José Ángel. Que, por cierto,como se puede ver, él también fue muy joven (esta foto es de sus principiosen el cole. Y parece que fue ayer)


Y la partida de futbolin

CARTA DE SILVIA

Leyendo la carta de Margot, no he podido evitar retroceder en el tiempo.
En septiembre hará treinta y cinco años que entré en el colegio. Y añadiendo nombres a su lista, como si de un pequeño homenaje se tratara, quiero que no olvidemos a todas aquellas mujeres que se dejaron la piel entre estos muros para que nosotras (por aquel entonces, salvo parvulitos, sólo éramos niñas) nos convirtiéramos en los mejores seres humanos posibles.Y me encontré con la Madre Sánchez-Silva que a mí me parecía la mujer más alta que había visto en mi vida y que no llevaba toca y que era tan buena que cuando te castigaba cara a la pared, si a los dos segundos le pedías perdón, te perdonaba y te dejaba ponerte tus propias notas. Verde-sobresaliente, rojo-notable... y luego la madre Camino (un cacho de pan con el que me reencontré en séptimo) y la madre Obregón en la portería, predecesora de la madre Amalía. Y luego, tocaban las señoritas, que eran más jóvenes y modernas. Mari Luz, Julia, Feli, Blanca (a éstas dos últimas sigo viéndolas con satisfacción salir a las cinco y media, aunque ellas ya no me conocen, claro) En cuarto, la madre Fernández (jamás le agradeceré bastante la paciencia que tuvo conmigo, la pobre)Igualmente que la señorita Asun ¿que habrá sido de ella? Y luego ya, Marisol Benito, la madre Beloqui. Ah, parece que la estoy viendo colocarse sus enormes gafas al tiempo que nos decía: "Si los tontos volaran, ya estaríais en la estratosfera" lo cual no hacía si no que provocarnos la carcajada por más veces que lo repitiera. No puedo tampoco dejar de agradecerla el haberme despertado la pasión por los números. Y Pame, más que tutora, amiga. Qué importantes nos hacía sentir en la comisión de festejos, dejándonos después de clase usar su despacho para preparar carteles y charlando con nostras de tú a tú. ¿Y la madre Repara? ¿Quien puede olvidar a aquella monja que nos cuidaba en los estudios y que tenía un oído privilegiado? O a la madre Josefa. ¡Qué buenos ratos cambiando cromos de Bimbo! Ay, parece que fue ayer.Sólo quise añadir unos cuantos nombres a la lista. En estos momentos, todo está tan vivo en mi memoria que no puedo consentir que todos esos recuerdos queden sepultados bajo unas plazas de aparcamiento. Así que desde aquí, yo también digo NO al cierre del colegio.

27 de febrero de 2007 22:50

domingo, 25 de febrero de 2007

CARTA DE UNA MADRE A OTRA MADRE

CARTA A SANTA JUANA DE LESTONAC
Querida madre:
Corren tiempos difíciles para tus hijos e hijas de tu familia de Santander. Madre no sé si al cielo llegarán los medios de comunicación, pero supongo que estarás al corriente de nuestra situación. Te habrás enterado por nuestras oraciones, nuestras lágrimas, nuestras angustias, nuestros miedos, nuestro sufrimiento, nuestras dudas y nuestra fé y esperanza. Cuanto siento madre que te hagamos llorar, cuanto siento que tengas que ver ésta situación tan dura y dificil, a tus años. Hay madre que poca cosa somos los hombres cuando se nos habla de calidad de vida, sociedad del bienestar, el rico cada vez más rico...y claro madre que más dá poner precio a un colegio; ¿cuánto vale la vida de un niño, cuánto vale su educación, cuánto valen su fé, su inocencia?, ¿qué precio le ponemos? No hay nadie en éste mundo capaz de pagar todo eso, y madre si no lo sabe, ha venido alguien a tasarlo, ¿se lo puede creer?, yo no.
Te llamo madre, porque yo soy hija de éste proyecto educativo que tan bien creaste. Aquí empecé a tener fé, a creer, a rezar, el colegio Cía María fué el complemento educativo en todos los sentidos, a la educación que mis padres habían elegido para nosotros y el que yo he elegido para mis hijos. Como madre que soy me encuentro como la Virgen María, con un puñal atravesándole el corazón, por eso querida madre ilumina todos nuestros pasos y danos la fuerza necesaria para seguir luchando y defendiendo tu proyecto educativo, que en definitiva esa era tu voluntad.
Tú que cuando iniciaste éste camino hace 400 años tuviste que luchar contra muchas adversidades, muéstranos a todos la forma de romper muros, romper las barreras. Vela desde el cielo por todos tus hijos, antiguos, actuales y futuros que formamos ésta gran familia, para que éste proyecto educativo siga funcionando.
Te pido como hija que no nos abandones, que luches a nuestro lado con la oración, que es el mejor arma que tenéis los santos.
Madre, que no se apague esa llama que llevabas en el corazón, para que todos aquellos que ahora están en el colegio mantengan esa llama y se la puedan transmitir a sus hijos; mi hija ya está en el colegio recibiendo esa herencia estupenda que nos dejaste.
Madre creyente, madre educadora, don para la Iglesia, santa en el cielo, junto con la Virgen María reza por tus hijos, defiéndenos con la misma fuerza que nos defendiste hace 400 años.
Nuestra historia, nuestros recuerdos, los de nuestros abuelos, los de nuestros hijos, que estén siempre presentes.
Estoy triste madre, pero tengo fé, esperanza, dudo, tengo miedo, pero estando contigo todo cambia.
Un saludo de una de tus muchos hijos de tu casa de Santander.